Las joyas no requieren los mismos hábitos de cuidado en todas las estaciones del año. Hay que adaptarse siempre a las caracterÃsticas de cada época para poder preservar lo mejor posible nuestras joyas y otros objetos valiosos. Al verano le caracterizan las altas temperaturas y el comienzo de una temporada de descanso y ocio, en que algunas de las costumbres, hábitos y horarios de nuestra vida cotidiana cambian. Al igual que hemos sido testigos de la llegada de nuevos estilos de ropa y de nuevas promociones veraniegas, en dimequemequieres.net queremos recomendarte que prestes atención a cuidar tus joyas.
Los dÃas se alargan, anochece más tarde, surgen planes de última hora, y nos vemos invadidos por vibraciones positivas. Ante cambios que a veces implican desatender ciertos ámbitos de nuestra vida, ¿cómo podemos mantener debidamente nuestras piezas de bisuterÃa, nuestros relojes o nuestras joyas más caras y apreciadas? Estas muchas veces representan un valor sentimental para nosotros, ya sea por quién nos las ha regalado, o en qué ocasión especial las recibimos.
El sudor, la sal del mar o los productos quÃmicos de la piscina pueden dañar nuestras joyas, asà que en dimequemequieres.net hemos preparado una serie de directrices básicas para que tus piezas de joyerÃa y bisuterÃa sigan como nuevas.
Un consejo básico, pero que se nos puede olvidar cuando nos relajamos en verano por la adopción de nuevas costumbres, es que tenemos que seguir limpiando nuestras joyas concienzudamente o, de lo contrario, no conservarán su brillo o apariencia habitual. Basta con agua y jabón, pues es preferible no utilizar ninguna sustancia más agresiva.
El cloro de la piscina, la sal marina, y los componentes quÃmicos que se encuentran en los balnearios son especialmente dañinos para los productos de joyerÃa. Reducen su brillo, color, y, en general, belleza. La bisuterÃa de abalorios, piel o madera tampoco debe mojarse, pues podrÃa cuartearse e incluso romperse.
Otra de las razones por las que no llevar tus joyas a tus planes acuáticos es porque no querrás que venga una ola y se lleve tus complementos favoritos al fondo del mar, ¿verdad? Pero tampoco los deberÃas llevar por mucho que el plan sea de montaña, ya que si vas a realizar actividad fÃsica y las llevas puestas, sudarás y se acelerará el proceso de oxidación, e incluso ennegrecimiento, de tus joyas. También afectará a tus joyas el entrar en contacto con tu maquillaje o crema solar.
En efecto, lo mejor es que las guardes en su sitio: el joyero, ya sea en tu casa o en tu alojamiento turÃstico. En el caso de que te las pongas, asegúrate de que no sudarás, y de que tu dermis está seca y no aceitosa.
Arriba te hemos contado algunos tips básicos que puedes aplicar al cuidado de todo tipo de joyas. Sin embargo, no todas las piezas son iguales, y dependiendo del material del que estén hechas, necesitaremos conocer alguna que otra peculiaridad para poder aplicar un extra de cuidado y que tu brazalete, pulsera, colgante o cadena siga siendo el protagonista de las vacaciones estivales.
El oro es un material que soporta muy bien cualquier condición adversa. Sin embargo, debes tener en cuenta si tu joya en concreto es una pieza de mucha antigüedad.
A diferencia de las joyas de oro amarillo, las de oro blanco tienen habitualmente rodio, que les da un aspecto más brillante. El color se puede desvanecer poco a poco si no tienes cuidado con el sudor, el salitre y los productos quÃmicos de las piscinas.
Este metal tan popular es sensible al sudor y al contacto con otras sustancias como el salitre o la arena, acelerando peligrosamente su oxidación.
Como el oro amarillo, los diamantes son famosos por no requerir atenciones especiales. No obstante, cuidado con llevarlos en las vacaciones y cuando se realizan otro tipo de actividades fÃsicas, ya que, a pesar de su estabilidad, podrÃan quebrarse y romperse en pedazos si sufren una caÃda o un golpe muy fuerte.
Las perlas son piedras con agua en su interior, por lo que si hace mucha calor, el lÃquido puede evaporarse. Para combatirlo, humedécelas con un paño.